IMÁGENES POR TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA (TC) DEL HUESO TEMPORAL: Parte 3/3. Indicaciones clínicas.

INDICACIONES CLÍNICAS

Dado que la tomografía computarizada (TC) es útil para la caracterización de la afectación ósea, esta técnica permite evaluar el conducto auditivo externo, la cavidad del oído medio y las celdillas aéreas mastoideas. Para algunas lesiones inflamatorias y neoplásicas, se puede administrar medio de contraste y procesar las imágenes con ajustes de ventana de tejido blando. La resonancia magnética (RM) generalmente es mejor para diferenciar entre tejido blando y líquido que permite una mejor visualización de los nervios y realce de las estructuras pequeñas. La RM también es sensible para la detección de edema de la médula ósea y puede demostrar una afectación ósea que no se sospecha en la TC.

Hay indicaciones particulares para cada estudio; por ejemplo, en la parálisis facial, si un paciente persiste durante más de 3 semanas con síntomas, se debe sospechar una neoplasia y la investigación debe incluir imágenes por resonancia magnética con contraste. Además, en el colesteatoma, la resonancia magnética está indicada, en particular, por imágenes ponderadas por difusión, que ayudan a diferenciar un colesteatoma recurrente de un granuloma de colesterol, tejido de granulación o cicatriz. Para las lesiones congénitas, si se están estudiando trastornos del primer y segundo arco branquial, se debe realizar una TC, pudiendo utilizarse la RM como estudio complementario. Por otro lado, si una malformación del oído interno requiere caracterización, una resonancia magnética debe ser el estudio de elección. En pacientes que han sido sometidos a cirugía, la tomografía computarizada es segura y permite evaluar el tipo de procedimiento, prótesis y electrodos, su localización y relaciones. Además, en traumatismos agudos la TC es el estudio de elección.


CASOS DE APLICACIONES CLÍNICAS: LO QUE EL RADIÓLOGO DEBE EVALUAR.

PATOLOGÍA INFLAMATORIA CRÓNICA

En la evaluación de pacientes diagnosticados con una patología inflamatoria crónica del oído, el objetivo de la tomografía computarizada es guiar el abordaje clínico y evaluar las complicaciones. Además de lo detallado anteriormente, el radiólogo debe incluir en el informe si existe un colesteatoma, o alguna complicación como fístulas perilinfáticas o de canales, dehiscencia de tegmen y dehiscencia de canal de Falopio. Se debe describir el tamaño y el estado (sano o enfermo) de la mastoides, incluido el additus ad antrum. El radiólogo también debe evaluar y describir en el informe si el conducto auditivo externo está erosionado y si la cavidad media del oído está bien aireada. Por último, también se debe informar del estado de los huesecillos.

OSTEOMASTOIDITIS CRÓNICA

Caso 1: Paciente masculino de 45 años con otitis crónica derecha y neuralgia del trigémino. Los hallazgos de la tomografía computarizada mostraron ocupación del oído medio y las celdillas aéreas mastoideas, con cambios escleróticos en las paredes de las celdillas aéreas mastoideas. El reformateo estándar coronal muestra dehiscencia del tegmen tympani, membrana timpánica retraída y opacificación de la cavidad media (Figura). Estos hallazgos están relacionados con la otomastoiditis crónica.


COLESTEATOMA ADQUIRIDA

Caso 1: Paciente masculino de 24 años con sospecha clínica de colesteatoma. Los hallazgos de la tomografía computarizada mostraron otomastoiditis crónica derecha. También se observó lesión de tejidos blandos dentro del oído medio incluido el ático, con erosión y retracción de los huesecillos (Figuras A y B). Estos hallazgos pueden estar asociados con colesteatoma. Se realizó una resonancia magnética para confirmar el diagnóstico. Los hallazgos de la RM mostraron permeabilidad del conducto auditivo externo con ocupación de las celdillas mastoideas derechas y del oído medio por proceso inflamatorio. En las imágenes coronales de ADC y de resonancia magnética de difusión se observa un área restringida en el espacio de Prusack derecho (Figuras C y D), lo que confirma el diagnóstico de colesteatoma.



OÍDO POSTQUIRÚRGICO

En la valoración del oído posquirúrgico, el informe debe incluir el tipo de procedimiento quirúrgico, si se ha realizado una mastoidectomía, se debe describir si fue simple o radical. En casos de timpanoplastia, se debe describir el tipo de prótesis y su ubicación, el estado de la cadena osicular y la membrana timpánica.

Caso 1: Paciente de sexo femenino de 70 años con antecedente de otosclerosis y estapedectomía izquierda. Los hallazgos de la tomografía computarizada mostraron evidencia de cambios posquirúrgicos en los huesecillos y engrosamiento de la ventana oval. Se observa un objeto hiperdenso que corresponde a la prótesis de estribo. Las reconstrucciones de Pöschl (Figura A), estándar coronales y axiales (Figuras B y C) muestran que la punta de la prótesis ha migrado hacia el vestíbulo.



PATOLOGÍA CONGÉNITA

En la interpretación de la tomografía computarizada del hueso temporal en pacientes con anomalías congénitas, el informe debe abordarse para describir la extensión de la atresia del conducto auditivo externo y si es membranosa, ósea o mixta; el grosor de la placa de atresia, la neumatización de la mastoides, el nivel de la fosa craneal media, la ubicación de la articulación temporomandibular y la presencia o ausencia de colesteatoma. En la evaluación de la cadena osicular se debe detallar si existe fusión de los huesecillos describiendo las articulaciones incudomallear e incudoestapedial, o si los huesecillos están fusionados a la placa de atresia. Además, se debe detallar el estribo si está presente, si es displásico o ausente, ya que puede ser información útil si se requiere la colocación de una prótesis. Se debe incluir el tamaño de la ventana oval y la cavidad del oído medio en los tres ejes, ya que pueden ser cruciales en la planificación quirúrgica. Las estructuras del oído interno y el tamaño del conducto auditivo interno también deben mencionarse en el informe de radiología.

En pacientes con síntomas clínicos de mareos, vértigo o hipoacusia; o sospecha clínica de tercera ventana, se deben evaluar los conductos semicirculares en busca de dehiscencia o adelgazamiento. Los reformateos de Stenvers y Pöschl pueden ser útiles para este propósito, principalmente en casos confusos donde el canal semicircular superior no está claramente delineado en los reformateos estándar.

En la evaluación del bulbo yugular, el radiólogo debe describir si es alto, dehiscente y si existe alguna patología asociada.

BULBO YUGULAR ALTO

Caso 1: Paciente de sexo femenino de 17 años con acúfenos pulsátiles e hipoacusia. Los hallazgos de las imágenes de TC mostraron una protuberancia focal del bulbo yugular que se extendía hasta el nivel del conducto auditivo interno con dehiscencia ósea y protrusión hacia la cavidad del oído medio (Figura).


COLESTEATOMA ÁTICO (PRIMARIO)

Caso 1: Paciente masculino de 41 años con sospecha clínica de colestatoma ático. Las imágenes de TC muestran una ocupación del epitímpano y agrandamiento de la sutura timpanoescamosa. En el reformateo de sutura timpanoescamosa (Figura), se midieron distancias máxima y mínima donde se observó un aumento en el oído patológico (dA = 0,17 mm y dB = 0,13 mm) en comparación con el oído sano (dA = 0,08 mm y dB = 0,06 mm).


ATRESIA

Caso 1: Paciente masculino de 17 años con atresia aural derecha. En las imágenes de TC se observa el pabellón auricular desmembrado con atresia del conducto auditivo externo sin neumatización de la placa atrésica. Oído medio no aireado con tamaño reducido y ocupado con material de densidad de tejidos blandos. Martillo e yunque displásicos con anquilosis incudomalleal y proceso largo del yunque de orientación horizontal, que se adhiere a la placa atrésica. Estribo de forma normal. No se puede representar la articulación incudoestapedial (Figuras).



DEHISCENCIA DEL CANAL SEMICIRCULAR

Caso 1: paciente femenina de 68 años con otomastoiditis crónica e hipoacusia conductiva. Los reformateos estándar coronales (Figura A y B) y el reformateo de Pöschl (Figura C) muestran dehiscencia del canal semicircular superior.


DILATACIÓN DEL ACUEDUCTO VESTIBULAR

Caso 1: Paciente de sexo femenino de 19 años diagnosticada de hipoacusia conductiva. El reformateo de Pöschl muestra una dilatación del acueducto vestibular izquierdo, que tiene un diámetro de aproximadamente 17 mm (Figura).


MONDINI

Caso 1: Paciente de sexo femenino de 13 años con hipoacusia derecha. Las imágenes coronales de TC muestran ausencia de modiolo (Figura A) y el vestíbulo se observa dilatado (Figura B y C). Estos hallazgos sugieren una partición incompleta tipo 1 del espectro Mondini.


FRACTURA

Caso 1: Paciente varón de 48 años con traumatismo craneoencefálico e hipoacusia. La tomografía computarizada muestra una fractura longitudinal del hueso temporo-parietal derecho que se extiende hasta la porción mastoidea longitudinalmente, con compromiso de las paredes óseas del conducto auditivo externo con desplazamiento de fragmentos hacia la luz (flechas blancas cortas) y dislocación de la cadena osicular asociada con discontinuidad del estribo (flecha blanca). Extensión de la línea de fractura al esfenoides, con afectación de las paredes del foramen lacerado, foramen oval, conducto carotídeo (flecha negra delineada) y pared lateral del seno esfenoidal. Hay ocupación de las celdillas aéreas mastoideas con material de densidad de tejidos blandos. También están afectados el nervio facial y la cápsula ótica (flecha negra) (Figura).


TUMORES

En la evaluación de pacientes con tumores, la tomografía computarizada es útil para evaluar la afectación ósea del oído externo, medio e interno; sin embargo, para definir y caracterizar los tejidos blandos, el cerebro y la extensión dural, la resonancia magnética con contraste es el estándar de oro.

Caso 1: Paciente femenina de 76 años con diagnóstico de carcinoma epidermoide. Las imágenes de TC coronales y axiales muestran una masa con erosión ósea que afecta al oído externo, medio e interno (Figuras A y B). Las imágenes de resonancia magnética coronal ponderada en T1 con contraste y ponderada en T2 muestran afectación de los tejidos blandos y la extensión intracraneal (Figuras C y D).


REFERENCIAS Y LECTURAS SUGERIDAS

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